pronto formes el hábito en tu ministerio de detenerte y hacerte esta pregunta todos los días. ¿Que es lo que Dios me ha llamado a ser? Primero, él me llama a ser un seguidor sincero y devoto de Jesucristo. Esto es tan básico que es fácil el no apreciarlo y olvidarlo. Un gran peligro en el ministerio es el profesionalismo. Como pronto lo descubrirás, un pastor puede volverse un experto en realizar su trabajo. Como cualquier otra vocación, ciertas habilidades pueden ser desarrolladas y
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